Nueva
York. Dolores Prida, escritora y columnista de El Diario/La Prensa,
falleció esta madrugada, según informaron sus familiares. Su deceso se produjo
horas después de haber estado en la celebración del 20 aniversario de una
agrupación de mujeres latinas, LIPS, cuyo objetivo es ayudar a las hispanas a
salir adelante y cumplir su metas. Prida, quien publicaba una columna semanal
en El Diario, el más antiguo diario en español de Nueva York, también fue
conocida por haber escrito más de una docena de obras de teatro y
musicales.
La
escritora, quien salió de Cuba cuando era una adolescente, abordó en muchas de
sus columnas la realidad que viven los inmigrantes en Estados Unidos.
Prida
nació en 1943 en el pueblo de Caibarién y salió
de la isla luego del triunfo de la Revolución en 1959. En Nueva York cursó
estudios en Hunter College y se convirtió en una importante voz de la comunidad
hispana de la Gran Manzana.
Esta
fue su última columna publicada en El Diario:
DOLORES
PRIDA: TIROS
POR LA CULATA Y ESCOPETAS BAJO LA ALMOHADA
Ayer
el Presidente Obama desenfundó la pluma y firmó 23 acciones ejecutivas
dirigidas a reducir la violencia con armas de fuego, tomando en cuenta el papel
que juega la salud mental.
Rodeado
de cuatro niños que le habían escrito cartas pidiéndole que hiciera
"algo" para evitar otra matanza escolar, el Presidente también
propuso al Congreso prohibir la venta de armas estilo militar y cargadores de
alta capacidad, así como regulaciones más estrictas para la venta y compra de
armas.
El día
anterior, a un mes exacto de la masacre en la escuela Sandy Hook, el gobernador
de Nueva York, Andrew Cuomo, logró el apoyo mayoritario de la legislatura
estatal para pasar medidas que refuerzan las ya estrictas leyes existentes.
Felicitamos
a ambos líderes por la pronta reacción a los hechos ocurridos en Newtown y a la
sangre que se derrama, con consecuencias mortales, unas 30 veces al día a lo
largo y ancho del país. Pero después de dar la palmadita en la espalda a ambos
dirigentes, no crean que podemos soltar un suspiro de alivio.
El
trabajo difícil comienza ahora, especialmente para el plan de Obama.
"Estas
son medidas de sentido común que tienen el apoyo de los estadounidenses",
dijo el Presidente. Pero él sabe muy bien que el "sentido común" no
es precisamente lo que reina en el Capitolio, especialmente en la Cámara de
Representantes que está bajo el control de una mayoría conservadora que vive
del miedo y de las donaciones de la National Rifle Association y los
fabricantes de armamentos.
Para
ellos la solución a la inundación de armas entre la población civil es más
armas y menos regulaciones. Ellos duermen con escopetas bajo la almohada y
quieren que todos hagamos lo mismo.
"La
única manera de lograr el cambio es que los constituyentes digan que es tiempo
de cambiar", dijo Obama, retándonos a exigir que nuestros representantes
en el Congreso voten a favor de las medidas anunciadas.
Y así
es. Para que les salga el tiro por la culata a los mercaderes de armas, es
necesario que la mayoría de la población, que según las encuestas están a favor
de las medidas presentadas por el Presidente, dejen escuchar su voz, a todo
volumen y sin descanso.
Señoras
y señores, es tiempo de cambiar. El camino es largo y cuesta arriba, pero hay
que empezar por alguna parte.
Agarren
el teléfono o envíen un correo electrónico o escriban una carta con papel y
pluma o envíen señales de humo a su congresista y senador en Washington y
déjenle saber lo que ustedes piensan al respecto. Y mientras tanto, para
aquellos que tienen hijos, por favor, no le compre pistolas de juguetes ni
video juegos que glorifican la violencia y hacen del crimen una diversión.
No hay
tiempo que perder. Es cuestión de vida o muerte.
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