10.26.2010

SONIA DÍAZ CORRALES: EL HOMBRE DEL VITRAL

Ángela y el hombre infinito (Fragmento)

– ¿No dices nada?– No sé qué decir, Sandra.– Llevas una hora mirándolo sin decir nada.Ha amanecido por completo. Van a llegar Álex y los técnicos que vienen a limpiarlo. Descubrimos exclusivamente las partes que se están trabajando. Nadie lo ha visto en su totalidad, excepto Álex y yo, y ahora tú. El amanecer es el mejor momento para verlo.– ¿Cómo es posible que otras personas pinten o cuenten o construyan lo que uno sueña?
– ¿De qué hablas? Tenemos que cubrirlo ya.
–Espera…
– ¿Qué? ¿Vas a decir algo o no?
–Me pediste que te dijera dónde falla. ¿De verdad quieres saberlo?
–Sí…
–Es infinito, no se puede abrazar, no se puede abrazar el infinito. Un hombre que no se puede abrazar, que no abraza, ¿para qué se supone que sirve?
–Ese es el tipo de cosas que dicen los que se toman una botella de whisky. No lo es, no es infinito aunque no se pueda abrazar. Todo en él es finitud: ocho vidrieras, doce horas para volver a ver la luz del día siguiente, veinticuatro fotogramas para cada movimiento. Depende de la luz, depende de que los que le miren vean cosas en él, como un hombre común y corriente. Es pura repetición, como la vida. Solo es diferente en eso: no abrazará ni será abrazado, nunca dará o sentirá amor.
– ¿Tú lo sabes? ¿Yo lo sé? ¿Quién lo sabe? ¿Acaso el infinito no será una infinita repetición?
– ¿Qué es? ¿Qué dices?
–Es locura. Digo locuras. Y no me he tomado la botella de whisky sola. ¿O sí?
–Sí. Tenemos que cubrirlo ya.
–¿Y si le amara? Nada me lo impide. Soñaría con él como sueño con esos hombres de los cuentos. Soñaría un amor para nosotros, lleno de las cosas que son el amor.
–Está muy claro, no entiendo lo que haces.
Van a llegar y Álex se va a enojar mucho. Además, es de vidrio: no es tu tipo.
–Va desnudo y está lleno de cosas que decir.
Sí es mi tipo. Les he dado vida a otros hombres que apenas son fantasmas. ¿Quién dice que no podría dársela a él? Miraría a través de sus ojos, miraría para él. Soñaría el amor para él. A lo mejor, hasta le convencería para que se fugara conmigo y desapareceríamos juntos. Tú no tendrías más vitral, pero yo tendría el amor.
–Ángela, ¿qué dices? ¿Que podría desaparecer? Quizás podría desaparecer, pero no porque le convenzas para fugarse contigo. Si no me ayudas, no conseguiré cubrirlo antes de que lleguen.
– ¿Puedo tocarlo?
– Sí, pero con mucho cuidado.
– Desde luego.
– ¿Qué haces?
– Nada, te ayudo.
– Con cuidado, sigue.
–Ya está. Lo siento. En verdad debo haber bebido mucho.
–Ángela, ¿estás bien? Te has bebido casi una botella de whisky tú sola.
–Sí, pero estoy muy bien, me siento bien. Tanto como no recuerdo haberme sentido hace mucho tiempo.
–De verdad, ¿qué te ha parecido?
–Es infinito. Y sí es mi tipo.
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Sonia Díaz Corrales. Nació en Cabaiguán, Cuba, en 1964. Reside en Santa Cruz de Tenerife. Es poeta y narradora. Ha publicado los libros de poesía Diario del grumete (1996 y 1997) y Minotauro (1997). Sus poemas aparecen en las antologías Retrato de grupo (1989), Poesía infiel. Antología de jóvenes poetas cubanas (1989), Poetas del Seminario (1992), Un grupo avanza silencioso (1990), Mujer adentro (2000), Poesía cubana de los años 80 (1993), Poesía espirituana (1994), Anuario de poesía (1994), Mis barcos nuevamente (1996), Antología de décimas Canarias-Cuba (2000), Todo el amor en décimas (2000), y Puntos cardinales. Puente colgante. Antología de poetisas cabaiguanenses (2000). Ha obtenido los premios de poesía América Bobia 1982, Matanzas; Bustarviejo 1993, Madrid; y el Abel Santamaría 1997, de la Universidad Central de Las Villas, Santa Clara; así como menciones Caimán Barbudo, David de la UNEAC y 13 de Marzo de Universidad de La Habana. Su libro Los días del olvido, fue finalista del Premio de Poesía Viaje del Parnaso 2008.
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3 comments:

Teresa Dovalpage said...

¡Esa frase final "sí es mi tipo" da el alma de la historia! Buenísima...

Anonymous said...

gracias rita, está muy bien, un abrazo, sonia díaz

grafoscopio said...

Verdad? Me ha encantado ese ir y venir y concluir de la narración.