16 de julio de 2013
Nota del compilador:
Estas cartas fueron encontradas en el metro de París por una anciana de la que
se me negó su nombre. Se dice que estaban en un cofrecito de ébano y marfil,
unidas por una cinta de color rosa, y que la nieve había borrado todo vestigio
de quién las había escrito. Por mis investigaciones pude esclarecer que fueron
vendidas en subasta, a un precio casi insignificante, por un comerciante a un
turista, el cual las trajo en un viaje a Cuba y se las entregó a un escritor de
provincia, cuyo nombre quiero conservar en el anonimato, quien las tradujo al
reconocer la firma de Rainer Maria Rilke. Pero era muy difícil augurar si se
trataba de sólo diez cartas o si existían más; por las investigaciones que
realicé, opino que eran un muestrario del tractus poético de la Isla, que el
autor de las cartas de Franz Xaver Kappus había destinado a unos escritores
cubanos; pero el poseedor de las mismas, después de traducidas, las había
distribuido entre amigos y poetas, quienes las conservaron hasta el día de hoy.
Mi intención fue buscar todas las cartas, volver a colocarlas en el cofrecito
de ébano y marfil, descifrar si ciertamente era Rilke su autor, y dar fe de
todo ello, a destiempo, en esa apuesta por la poesía y los poetas de hoy.
París, 1903.
París, 1903.
Querida
Rita Martín:
Cuando
hace algunos días recibí, junto a su carta, el ejemplar de Poemas de nadie, quedé sorprendido al ver la fecha del matasellos: advierto que la
correspondencia ha mejorado en estos días y, por fortuna, ya tengo su libro en
la biblioteca.
Este
volumen reúne cuatro poemarios que ahora ofrece al lector de la Isla. Un empeño
noble este de que la Editorial Letras Cubanas publique a autores de la diáspora
como usted; aunque soy de los que prefieren no dividir a los creadores, algo a
lo cual se refiere la nota de contracubierta.
Según
su propia confesión en el pequeño pórtico de esta edición, la razón de
despersonalizar estos textos definitivamente obedece a que “Las corrientes
subterráneas que los unen proceden de un viaje o búsqueda insistente (y
consistente) que todo espíritu libre realiza para alcanzar sus formas dentro
del desarraigo y la intemperie”. Aunque, más que aislarse de esas formas,
su poética se afianza en ellas.
La
memoria corroe el pasado, se jerarquiza en una metáfora que define un tiempo
tangencial, guardado por usted con todo celo para hablarnos de límites, de
soledades y de otros escenarios. La saga de su poesía nos ofrece otra isla,
grabada por usted en lo mejor del alma. ¿Qué otra cosa pudiera hacer el poeta
sino definir estas miradas posibles, oblicuas o no, pero reales y nobles en ese
imaginario mayor que resulta el ser de Cuba?
Creo
que ha sido aceptada esta propuesta y tenemos que reconocer que, en ello, la Isla se nos presenta como un gran arsenal de historias personales. Así lo
advierto en algunos de los poemas breves que conforman "Ruegos":
I
La rosa debajo de la flor,
pero si muero
id, niños del mundo,
a buscarle.
La rosa debajo de la flor,
pero si muero
id, niños del mundo,
a buscarle.
Es
este un enunciado de arraigo, de volver siempre, y creo que la poesía es el
género más pleno para ello.
IX
Guárdame en ti.
Siempre.
Guárdame en ti.
Siempre.
Esa
cosmovisión insular continúa la tradición lezamiana y me confirma que puedo
encontrar, de manera más auténtica, el dibujo de un tiempo en un libro de
poesía que en otro de historia.
Poemas
de nadie es un canto órfico y difícil para quien (re)conoce estas
distancias y asevera que será este un paisaje más, una posible mirada para
quien ha acumulado tantos horizontes. Estimada Rita Martín, qué puedo hablarle
yo de nostalgia, si sus palabras son un árbol mayor.
Tuyo,
Poemas de nadie (Letras Cubanas 2012) Cortesía de Cuba literaria
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