1.12.2011

EL HOMBRE DEL VITRAL SE HIZO MÁS COMO UN ROMPECABEZAS

El lector puede leer un fragmento de El hombre del vitral en nuestras páginas de Grafoscopio (Pique aquí)
 
Quería escribir sobre comportamientos, temas, asuntos,
más que de personas o personajes
R.M.: ¿Cómo surge el título El hombre del vitral?
S.D.C.: El hombre del vitral sale de una historia que siempre me estuvo rondando, si se mira bien ya me rondaba en El Diario del Grumete. Quería escribir sobre comportamientos, temas, asuntos, más que de personas o personajes, eso es más fácil de hacer en poesía. Pero ahora quería hacerlo de manera más clara, en planos más visibles, más hondamente, en una forma más flexible quizás, que me diera la oportunidad de experimentar y de probarme en otro género.
Necesitaba un mito, que a su vez tuviera las limitaciones que suelen tener los mitos, algo que pudiera perdurar más allá del plano físico, que siguiera también siendo vulnerable a la crítica y la imperfección, así que con la historia, llegó el titulo, con todas las implicaciones y referencias que hay en la literatura y la historia universal en relación al hombre perfecto, entiéndase hombre en sentido total, como ente. Asumiendo todo eso, y transformándolo en la historia que quería contar conseguí El hombre del vitral.
El hombre del vitral puede ser leído en muchos niveles, todos legítimos
R.M.: ¿El andamiaje milimétrico de esta novela encuentra su origen en la poesía?
S.D.C.: Sé que habrá quien piense que la novela se escribió pensando y repensando ciertas estructuras constructivas, pero lo cierto es que se hizo más como un rompecabezas, por piezas, sin calcular nada, de forma casi divertida, es probable por eso puede que moleste o parezca deficiente el uso de unos esquemas que se podría considerar colocados orgánicamente. No fue así, comencé escribiendo algunos diálogos, a la vez que escribía los cuentos de Ángela, porque si se mira bien funcionan también como cuentos independientes. Sabía que había puntos de contacto, espacios que compartía ese narrador, sabía que estos eran parte de una misma historia, solo cuando había adelantado bastante entendí la progresión, el sentido y la analogía entre estas dos mujeres tan distintas y tan parecidas, con modos tan distintos de asimilar sus miedos, sus búsquedas, sus vidas.
La poesía, en mi caso particular, en esta novela en particular, es la suma de un conjunto de símbolos, que obliga a preguntar por metas, por normas que rigen la vida de todos, por unas ciertas formas de asumir la superficialidad y el sentido del éxito personal, la hipocresía social, la mentira de los que hemos elegido como líderes, la falacia con la que solemos plantear y asumir la figura de Dios.
La absoluta pérdida de tiempo que es vivir una vida que se queda en esas figuraciones como objetivo fundamental, sin ir más allá, sin preguntarse qué quiere en verdad el que pide, qué nos da en verdad el que se pavonea diciendo te he dado, qué nos obliga a ser cómo se espera que seamos, qué nos mutila cuando lo hace, y nos eleva cuando parece que nada más nos va interesar de nuevo.
El hombre del vitral puede ser leído en muchos niveles, todos legítimos, todos espero que dejen algo, pero en el fondo siempre hay algo más, al menos para eso sí trabajé.
El límite entre narrativa y poesía seguía, sigue siendo visible,
pero cada vez se hace más tenue
R.M.: ¿Concuerdas con la idea de que el arte moderno (y la narrativa dentro de él) ha sido mordido por la poesía?
S.D.C.: Sé que la poesía muerde a veces, contagia, contamina, si quiere, en el mejor sentido de la palabra. Y sí, creo que eso de que la poesía está en la narrativa no es de ahora, muchas novelas de los años 70 y 80 ya tenían ese componente vital. Autores como Antonio Skarmeta o Laura Esquivel, e incluso otro tipo de narrativa que usa como recurso la síntesis, de quien se podría decir que Augusto Monterroso es el mejor ejemplo, por poner algunos ejemplos, ya incluían el hecho poético en sus narraciones, trasgredían el aspecto narrativo con parrafadas de la mejor poesía. El límite entre narrativa y poesía seguía, sigue siendo visible, pero cada vez se hace más tenue.
A la poesía le da igual cualquier estructura, nombrada o no, reconocida o no para hacerse presente, si a eso quiere decirle morder.
Por esta desgracia moderna, de que las personas con un poco de instrucción, información y algo de oficio se autodenominan poetas, la poesía ha caído un tanto en desgracia en el aspecto de ganar lectores. Y porque aún un poeta a veces necesita ir más allá, hacer poesía en otro ‘metro’ y lenguaje, donde predomina el hecho poético sobre la imagen poética, ese es el espacio donde la poesía deriva en narración: novela o cualquier otro modo de decir en las normas de la prosa, pero que dista bastante de ser prosa pura y se acerca sustancialmente a la poesía.
esta edición se ha hecho con bastante buen ánimo
R.M.: Muchas novelas muestran en nuevas versiones en sus numerosas ediciones tras un constante trabajo de perfeccionamiento de la obra. ¿Crees posible que a El hombre del vitral le ocurra lo mismo o consideras que es un trabajo completamente cerrado?
S.D.C.: No lo sé. Soy muy trabajadora, no diría que perfeccionista. Las versiones de una misma obra suelen llegar con el trabajo, con sugerencias que podrían mejorar mucho lo que se ha escrito. De hecho ya algunos detalles han sido corregidos en esta novela, sobre todo de edición, alguna línea que faltaban, erratas advertidas, etc., pero hablar sobre nuevas ediciones concretamente para corregir unos supuestos desaciertos que el autor normalmente no logró corregir en su momento parece como dar una segunda oportunidad al texto. Entiendo que estas segundas ediciones se deberían hacer más que todo por el interés que despierte el libro en sí, y sabemos que eso depende de muchas cosas, la buena distribución y comercialización, la promoción, incluido el que los lectores opinen sobre lo leído, que se hable de lo que ha podido aportar ese libro. Pero siempre he dicho que El hombre del vitral es un libro sin muchas pretensiones. Defectos aparte, no creo que se hagan futuras ediciones, esta edición se ha hecho con bastante buen ánimo, se ha escogido con sensatez y buen gusto la portada y la edición en ciertos aspectos es bonita, estoy agradecida de que el libro saliera en un momento en que es tan difícil conseguir alguien que se interese en publicar a autores casi desconocidos, extranjeros, como yo.
Así que volviendo sobre lo de trabajar para perfeccionarla para nuevas ediciones parece un asunto sin muchas posibilidades. Tampoco tengo certezas sobre que sea necesario hacer algo así, al menos de momento.
estoy escribiendo algo más que espero sea una novela, más extensa y elaborada
R.M.: ¿Nuevos planes de la novelista y/o de la poeta?
S.D.C.: ¡Ah! Tengo algunos planes, quiero mudarme a un pueblo de alrededor de 500 habitantes (no importa si fueran unos cientos más o menos) a donde se pueda llegar a todos los sitios caminando (acepto casi todo tipo de invitación de pueblos así). Dos condiciones para el pueblo: que tenga iglesia, no importa mucho de que confesión y que se pueda sembrar girasoles, los pueblos sin iglesia y sin girasoles suelen ser extrañamente ordinarios y aburridos.
La novelista no tiene voz ni voto todavía en asuntos de este tipo, hasta que no escriba algo más sustancial. La poeta tiene voz, se lo ha ganado trabajando en toda clase de oficios que no son la poesía, aunque tampoco tiene voto. Ambas son parte de mi por lo que harán lo que yo diga, al menos esta vez.
Si se refiere a planes de escribir, pues no hago planes, escribo desde que tengo memoria, unas veces elijo lo que escribo, otras ‘eso’ me elije, otras alternamos, pero de modo tranquilo, no negocio con mis escritos, así que una vez que los tengo ellos saben que no tiene caso resistirse.
Hacía años que no publicaba nada, aunque he escrito bastante en este tiempo, sobre todo poesía, poesía escribo siempre, sin parar. Y porque tengo ya una cantidad importante guardada, me interesa publicar un libro de poesía, aunque tengo pocas invitaciones para hacerlo y quisiera que fuera un libro bonito, con las páginas opacas, y las tapas blandas, que sea ligero y que pueda tenerse abierto en una sola mano, son vicios míos. También tengo planes de encontrar un trabajo que me permita escribir, porque estoy escribiendo algo más que espero sea una novela, más extensa y elaborada, que me está llevando mucho tiempo de investigación. Supongo que estos no cuentan como planes, ninguno de los tres. Son… esperanzas, sueños. Pero no hay otra cosa que me proponga hacer ahora.
La madurez y la experiencia vital nos enseñan a ser cautos, moderados, prudentes en cuanto a los planes y los sueños, bien dice el proverbio que quien nada espera no será decepcionado.
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SONIA DÍAZ CORRALES (1964). Poeta y narradora cubana. Reside en Santa Cruz de Tenerife. Ha publicado los libros de poesía Diario del grumete (1996 y 1997) y Minotauro (1997). Sus poemas aparecen en varias antologías dentro y fuera de la Isla. Ha obtenido los premios de poesía América Bobia 1982, Matanzas; Bustarviejo 1993, Madrid; y el Abel Santamaría 1997, de la Universidad Central de Las Villas, Santa Clara; así como menciones Caimán Barbudo, David de la UNEAC y 13 de Marzo de Universidad de La Habana.Su libro Los días del olvido fue finalista del Premio de Poesía Viaje del Parnaso 2008.

4 comments:

Anonymous said...

gracias, muchas, sonia

Anonymous said...

Sonia Diaz Corrales me pareció siempre de las más atractivas voces de su grupo. Ahora espero leer su novela: por otra parte la novela lírica siempre ha existido en literaturas como la inglesa y sobre todo la francesa: Y en Cuba tenemos los antecedentes ilustres de "Jardín", de Dulce Maria Loynaz, y "Paradiso" que sigue esta línea en "Oppiano Licario" de Lezama Lima. Y mi novela "En brazos de Caín" se inscribe en esta tradición. El tema de la novela lírica cubana no ha sido estudiado aún por nadie.Felicidades para Sonia.
Alberto Lauro

Anonymous said...

No conozco la obra de S.D.C. pero me impresiona su humildad al hablar sobre su propia obra. De sus ambiciones, qué decir... Que me encanta la idea de ese pueblo hecho para caminar y de ese libro de poesía tan sonnado como un hijo.
Cristina

poetahabanero said...

Gracias por la entrevista. Es hermoso saber que en cualquier rincon del mundo existe un cubano arando historia.
Saludos a Rita Martin desde Tampa, Florida.