Tengo delante de mí una copia de Después de la gaviota, de José Lorenzo Fuentes, edición muy cuidada que sacara Ediciones Iduna en 2008. Comienza con el prólogo sabroso de Amir Valle, que lo abre con una cita de José Soler Puig sobre Fuentes. Y ya empiezo a sentir vergüenza de no haber leído nunca nada de este escritor cubano. En fin, me guardo la vergüenza en el bolsillo, me pongo los espejuelos y doy inicio a la lectura.
El primer cuento, que da título al volumen, es una alegoría. Vamos, que don Lorenzo, que ya debe de andar por los ochenta, entiende de vivir muchas vidas, de reencarnaciones y de metempsicosis, un tema que siempre me ha fascinado por su rareza y posibilidades literarias. Ese niño que se convierte en perro, ese perro que se convierte en toro y que termina en paisaje despedazado hace pensar, y mucho. Este señor sabe escribir, concluyo admirada.
Ya engolosinada, sigo leyendo. “Tareas de salvamento” se inicia en una habitación de hotel donde ya el lector se imagina que va a suceder algo. (Y que no va a ser bueno, por descontado). Con una atmósfera que va de lo fantástico al suspense, con ratones que hacen ruidos extraños como en cualquier habitación de miedo que se respete, y con unos sueños lúcidos que le ronca el misterio, se va componiendo esta historia que tiene tanto de magia como de metafísica.
En “¿Te das cuenta?” hay otro asomo de algo inexplicable, el tema de la mala suerte, de las influencias negativas y de las malas vibras, en las que hay que creer porque “hay vistas que tumban cocos y muertos que no hacen ruidos porque andan en alpargatas”. Paso la página y otra vez me doy de ojos con la metempsicosis, en un padre que puede haberse transmutado en sombrilla. Tan corto el cuento, y dice tanto. Me lo leo por segunda vez.“Ya sin color” es un relato bien logrado, quizás dictado desde el otro mundo... y nada más les adelanto. Hay que leerlo con calma y saborearlo. En cuanto a “Señor García” es sin dudas el más realista de toda la colección, una historia de amor y hasta de desamor.
El alquiler de presuntos suicidas es el jocoserio tema de “En la página siete”. El cuento, o la novela corta, que cierra el volumen, “Patas de conejo”, es el relato más logrado estilística y formalmente, donde varias historias se cruzan en el tiempo y en el espacio.
Cierro el libro y me quedo pensando que tengo que conocer a José Lorenzo Fuentes en persona. Que cuando vaya a Miami lo buscaré, sin falta. Veo que ha escrito también un libro de Meditación, y yo, que me he vuelto metafísica y vegetariana, en ese orden, ya me he decidido a encargarlo. Como presentí desde las primeras páginas, este señor sabe escribir. Y además, simplemente, sabe.
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