Teresa Dovalpage nació en La Habana en 1966 y ahora vive en Taos, Nuevo México, donde se desempeña como profesora en la universidad local y columnista para el periódico Taos News. Tiene un doctorado en literatura y escribe indistintamente en su lengua materna como en la de su país de residencia. Es sin duda, una de las autoras de más rápido ascenso y reconocimiento en el marco de la literatura cubana. Quizás parte de su éxito radique en el humor, en la alegría y en el positivismo que siempre transmite. Dovalpage es una escritora con recursos que sabe emplear bien y lo hace con soltura y a fondo.
Tu carrera literaria toma impulso en Estados Unidos. Si ya habías comenzado a escribir en la Isla, ¿qué determinó que no publicaras en Cuba?
Los pocos intentos que hice para que mis libros vieran la
luz en Cuba no tuvieron éxito. Una vez fui a un taller literario y lo que
encontré allí me hizo salir de estampía –realismo socialista a pulso y
cuidadito con las desviaciones ideológicas. El segundo intento fue llevar en persona
un manuscrito a la editorial Gente Nueva. Ah, la santa inocencia. Jamás me
contestaron. Tal vez no insistí demasiado, o tal vez lo que escribía entonces
era muy malo, pero siempre me ha parecido irónico que me tomara ocho años en
Estados Unidos para publicar mi primera novela, A Girl like Che Guevara,
en un idioma que ni siquiera es mi lengua materna, mientras no pude publicar ni
una línea en Cuba durante veintinueve años.
En el 2004 publicas dos novelas, Posesas de La Habana y A Girl like Che Guevara. En una abordas el mundo de la familia, y en la otra el de la juventud en las becas. Parecen ser temas antagónicos, ¿qué te proponías al examinar casi simultáneamente estas realidades?
En realidad, los libros no se escribieron simultáneamente. Terminé Posesas… mucho antes de escribir A Girl like Che Guevara, pero no sabía cómo publicar en español aquí, de modo que decidí escribir una novela sobre un tema que no se había explorado mucho en inglés, las escuelas al campo en Cuba, y dio la casualidad de que encontré editor para los dos casi a la vez.
¿Qué novela crees que te definió mejor como escritora?
Es una pregunta difícil. Creo que los libros son como los
hijos, se supone que una no tenga preferencias, pero si tuviera que elegir mi
novela favorita, sería Posesas de La Habana porque es la más
personal. Y la primera publicada en español.
Escribes cuento, novela y teatro, ¿en qué género te sientes más a gusto?
Con la novela, definitivamente, pues no tiene las
restricciones de espacio de los otros géneros.
¿Qué piensas sobre los eBooks y las nuevas tecnologías de edición?
Aunque no creo que logren reemplazar a los libros
tradicionales, los eBooks resultan una comodidad innegable. No es lo mismo
viajar con un tomazo de 400 páginas en el bolso que con un Kindle que no pesa
una libra. Claro, al tomazo no se le acaban las baterías en el momento más
interesante. Varios de mis libros se han editado como eBooks, entre ellosLa
Regenta en La Habana, el romance de una cougar literata, con Eriginal
Books, a cargo de la experta editora Marlene Moleón.
Ejerces también el periodismo, con su lenguaje y características particulares. ¿Qué encuentras en el periodismo como medio de expresión?
Primero, disciplina: una no puede sentarse a esperar por las
musas cuando hay que entregar un artículo antes del cierre. Segundo, conocer a
gente interesantísima, que luego suelen convertirse en personajes. Y siempre se
aprende algo nuevo. Hace poco me tocó hacer un reportaje para Taos News sobre
“chicos asados al horno” (mazorcas de maíz cocidas en un horno de barro). Como
el título sonaba un tanto canibalístico en la versión en español, tuve que
agregar un párrafo aclaratorio para que no pensaran que aquí nos devorábamos
unos a otros.
¿Cómo es vivir en Taos?
El paisaje, marcado por las montañas Sangre de Cristo, es
impresionante; estamos a siete mil pies sobre el nivel del mar. Es una región
rural donde abundan los huertos familiares. Esta primavera mi marido y yo
plantamos coles, pepinos, tomates, calabazas, cebollas. ¡Nunca habíamos comido
tanta ensalada! La vida cultural es muy rica. SOMOS (la Sociedad de la Musa del
Suroeste) es una organización que invita a escritores de todas partes a dar
conferencias; hay muchos grupos de teatro, como Metta Theater, con
representaciones prácticamente cada semana, y una rama de la Universidad de
Nuevo México. Sunset Magazine ha elegido a Taos como “uno de los diez mejores
lugares para vivir (y ser feliz) en el Oeste”.
Eres tan cubana que solo te faltaría vivir en Miami. ¿No te entusiasma la idea de establecerte en la más cubana de todas las ciudades fuera de la isla?
Me encantaría si pudiera manejar con soltura en medio del
tráfico de Miami. Cuando pienso en todas las cosas interesantes que suceden
allí, en mis amigos, en los restaurantes (ay, croquetas y café con leche del
Versailles) me dan ganas de hacer las maletas ahora mismo. Pero soy paragüera
hasta la pared de enfrente y no me entusiasma la idea de destrozar el
parabrisas contra la primera palma que no se quite del camino para cederme el
paso.
Si sintieras nostalgia de algo, ¿de qué sería?
Si te refieres a Cuba, confieso que no siento nostalgia
ninguna. Llevo diez minutos rascándome la cabeza y no me viene nada. ¿Las
guaguas? ¿El calor? Gracias. ¿Las palmas? Bueno, hemos plantado diez pinos y un
montón de álamos en el jardín, así que por árboles que no quede. Ojalá pudiera
responder con algo que demostrase más sentimentalismo, patriotismo o cualquier
otro ismo de buen gusto, pero ¿a qué decir mentiras sin necesidad?
Quiero cerrar con tu novela Orfeo en el Caribe. ¿Qué nos puede decir de ese libro enmarcado en el género de novela negra?
La verdad es que no se me había ocurrido catalogarla como
“novela negra” hasta que un crítico la definió así. Orfeo en el Caribe y
mi última novela, El retorno de la expatriada, publicada en España
por la editorial Egales, son dos gemelos separados al nacer. Las tramas
transcurren a la vez y comparten varios personajes. Ambos tratan sobre amores
que tienen que luchar para imponerse, como una pareja lesbiana en El
retorno… y una chica feúcha en busca de su príncipe azul, que resulta
ser el mulato ojiverde y buen mozo protagonista de Orfeo en el Caribe.
¿En qué estás trabajando ahora?
Preparo una colección de varios libros bilingües
patrocinados por el Programa de Artistas Visitantes en las escuelas de Taos,
que recoge materiales escritos por los estudiantes en inglés y español. Hemos
publicados tres en papel: Somos taoseños, Leyendas
nuevomexicanas en escena y Tesoros familiares, todos con
Eriginal Books, y seguimos adelante con la colección, que pronto estará
disponible en línea. El bilingüismo es la sal y la pimienta de la vida en el
suroeste.
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