Una imagen regresa
la finísima arena
donde se
deslíe, silencioso,
el sueño que somos.
Sombras en la niebla
extienden sus brazos
se rozan un segundo
antes de esfumarse.
Atrapar la imagen,
Recuperar el
instante alado,
sentir, cremoso, el
olor de la fruta,
volver al duro sopor
de los caminos,
vagabundos del
tiempo,
esa barrera de polvo
lunar.
Trae, la fugitiva,
repentinos escorzos
de un mundo,
sonrisas y
gestos,
abrazos en el muelle
de un puerto
olvidados
y vuelto a recordar
al roce de una canción.
Y en esa melodía, no
sabemos cómo
regresa un día de
agosto junto al mar:
una piel transitada
por el salitre y el viento
un canto lanzado
contra las rocas
un oro encendido entre
las nubes
goteando el mediodía
pájaros de un rojo sangriento.
EN
EL SUEÑO
No es aquí tu piel sino
el tacto,
imagen en mis labios;
olor en la memoria de
mis huesos
al que sigo por instinto.
No son aquí tus dientes
sino la huella de tus dientes
en la ansiedad fugitiva
de mis senos.
No son tus ojos sino el
rastro de tus ojos
en el sismo de mi
cuerpo.
No somos aquí los dos,
asidos a ese grito sin
rostro ni destino,
sino tensión, angustiosa paz,
instante lúcido.
No somos aquí sino en el
sueño
en donde entras una y
otra vez
y veo como mueres de
vida.
OCTUBRE
A la niebla luz
de la estación cansada
hojas sin norte
lloviznan su color
sobre los caminantes.
SUFICIENTE
Basta la luz
de la abierta ventana
para que grabes,
dentro de los sentidos,
su desnudez dormida.
CAMINANTE
SOBRE LAS AGUAS
El agua quieta
abraza al litoral.
La enorme luna
desgarrada en espejos
traza un camino. Lo
tomo.
DOS
EN EL ESPEJO
Todavía es posible
desatar las olas.
Agitemos, pues, este
légamo
abaniquemos el aire con
susurros
hagamos saltar dragones
desde el fondo.
Busca la hembra que soy
en el espejo
donde te miro,
transfigurado,
girar lentamente las
caderas
alejando el momento
eternizando mi gesto
mientras pido más y
ruego al cielo
que no acabe tu
expresión de animal desbocado
entre mis piernas.
NOSTALGIA
POR EL FAUNO
Heme aquí en este
bosque, amado ausente.
¡Ah!, los labios sordos,
la piel muda,
el cuerpo deshojado en
la memoria.
Amor escarcha,
paisaje vedado, te
invoco
con esta prisa de agua
en remanso
ansiosa de vuelo.
Ven por los caminos del
sueño y de las mariposas nocturnas,
trae tu luciérnaga, tu flecha,
tu lengua, tu caramillo
las amapolas del
insomnio,
el estertor de la sangre
sin bridas
el río que viaja hacia
ti desquiciando entrañas.
Y trae las manos de amasar el pan de mi
cintura,
tus caderas y el rito de ahogarnos
como peces ensartados en
el mismo anzuelo.
SOMBRAS
CHINESCAS
Semipenumbra en la
estación del sueño…
recuerda, piel, que has
sido acariciada.
Descifraron en ti la ruta del deseo
unos labios parecidos al
musgo.
Fue llama y claridad
y acordes
en clave de batalla
el tejido escandaloso de
los cuerpos
¡tanto amaste, piel, y
tan desmayada
quedó de los amantes
la sombra en la pared!
la sombra en la pared!
-----------------------------------------------------------------------------------------
NORMA
QUINTANA. Poeta y profesora de literatura hispanoamericana. Ejerce la crítica
literaria. Licenciada en Lengua y Literatura Hispánicas en la Universidad de La
Habana. Poemas suyos han aparecido en revistas, periódicos y antologías en Cuba
y en el extranjero. Ha publicado el poemario Éxodos (1991) y
el libro de ensayos La muerte en la poesía de Nicolás Guillén. Trabaja para la
Secretaría de Cultura de Quintana Roo desde 1993. Imparte las cátedras de
Gramática y Redacción en la Universidad de Quintana Roo hace doce años, y en
dos ocasiones ha sido distinguida como becaria del Programa de Estímulo al
Desarrollo y Desempeño Artístico en la categoría de Creadores con trayectoria.
Reside en Quintana Roo, México.
1 comment:
Exquisita poeta de sensibilidadd mayor, tocada por la gracia de forjar la imagen fotografica con la magia fugaz del recuerdo.
Post a Comment