5.06.2021

FRANCISCO MORÁN: LUIS MANUEL OTERO ALCÁNTARA Y SUS PERSEGUIDORES

Ayer 5 de mayo, el Granma publicó el artículo “Coleccionistas de escoria,” de Elso Concepción Valdés. Aunque no lo menciona por su nombre, el autor dirige todo el odio de su metralla contra Luis Manuel Otero Alcántara. Es uno más, otro, de los múltiples linchamientos de que ha sido objeto por parte de un Estado que monopoliza el poder de todos los medios de comunicación, y decide a su arbitrio, quién les habla a los cubanos y qué le dice; igual que decide – si bien el desafío a esas pretensiones sigue creciendo – quién no puede hablar, e incluso quién tiene que ser silenciado.

Otero Alcántara, nos han dicho, estaba fingiendo la huelga de hambre; también, a través de un video bien maquillado, que está bien. No obstante, ¿cómo explicar que lleve tantos días ya en un hospital si todo está bien? ¿Por qué no lo entrevista la televisión, no un médico? ¿Por qué no Humberto, y le permite de paso responderle a acusaciones y ataques que siempre son fáciles de hacer cuando el otro no puede responder?

Si el Estado cubano está tan, pero tan seguro, del apoyo incondicional de los cubanos, ¿por qué darle alguna importancia a una, dos, diez, o incluso doscientas voces disidentes? ¿Quién va a hacerles caso? Por eso, todo ese linchamiento mediático a que están sometiendo a Otero Alcántara, aunque lo nieguen, no son sino un signo de debilidad y de miedo.

El artículo de Concepción Valdés incluyó en su versión en línea la caricatura que aquí mostramos. Sabemos el largo uso de la etiqueta escoria, y como el Estado cubano la ha empleado no sólo para arreglar cuentas con los que considera “indeseables,” sino también para al mismo tiempo, negarles su humanidad. Desde Fidel Castro hasta hoy, el gobierno de Cuba – que presume de humanista – se ha dedicado a deshumanizar a sus enemigos imaginarios o reales. 

El texto de Concepción Valdés, como para que no nos queden dudas de sus intenciones, se adentra en la etimología de escoria: “derivada del latín scoria y a la vez esta, del griego skoria, es fruto de componentes léxicos, en primer lugar el sustantivo skor, que puede traducirse como excremento –al que le sirva el sayo que se lo ponga–, o desecho.”

El doctor que fingió empatía con Otero Alcántara en el video, no lo ve como un paciente necesitado de cuidados, sino, en primer lugar, como un fingido huelguista al que exhibe elogiando los cuidados que recibe, y al que usa como propaganda. Ese no solapado desprecio se manifiesta completamente en el artículo de referencia. Para el autor, Otero Alcántara es eso: excremento, desecho, mierda. ¿Tiene que preocuparnos o no, entonces, cómo el médico y los “compañeros” que lo atienden tratan a ese “excremento,” ese “desecho,” esa “mierda”? Porque, ¿qué harías TÚ con la mierda, con los desechos? Esta es la mirada eugenésica del Fascismo. Tal como lo vio Giorgio Agamben, la suerte de los judíos quedó sellada en el momento en que se les llamó piojos.

La “lección etimológica” viene calzada con una caricatura del Movimiento de San Isidro. Sobre el zapato del imperio, una mujer se sienta a horcajadas, con las piernas abiertas. Detrás suyo, la figura más prominente de la caricatura es la de un negro barrigón, con una camisa hecha de la bandera de Estados Unidos. En una mano, la bandera de Estados Unidos. Vemos el cartel: “Movimiento de San Isidro.” Nadie que vea la caricatura puede poner en duda su contenido racista. El negro de la caricatura es Luis Manuel Otero Alcántara, que es de quien se habla realmente en el texto. Por eso al final aparecen como “INFORMACIONES RELACIONADAS” otros 2 textos, otros 2 ataques contra Otero Alcántara:

“El espectáculo en internet es parte del show financiado”
“El ahijado, la madrina… y la más reciente farsa contra Cuba”
El racismo del ataque al movimiento San Isidro no está solo en que la caricatura presente a un negro - Otero Alcántara – como la cabeza principal del enemigo, sino sobre todo en el tratamiento racista de que es objeto ahí. Sucede que Otero Alcántara es bello, y no es fofo. Pero una vez que el ataque se pone en marcha, su semilla racista lo representa como solo el racismo patriarcal puede concebir al negro: feo, vulgar, y bien negro. Ese negro, al que el autor del artículo le ha puesto el sayo de excremento, y de desecho, se convierte así en alguien sobre el que puede cometerse impunemente la violencia. Y si Otero Alcántara tuviese cualquier accidente, o le ocurriera algo dentro o fuera del hospital, el Estado no podría decir que tiene las manos limpias.

Coda 1
Para concluir, pregunto dónde están los activistas cubanos que, supuestamente, luchan contra el racismo. ¿Acaso pueden ignorar lo que está pasando, lo que tienen frente a sus propios ojos? ¿O es que van a seguir mirando solo a la colonia y a la República?
Coda 2
Si para el Estado racista cubano Otero Alcántara, y todo el que se atreva a mirar el país de otro modo a como se lo ordena la ideología de turno, es desechable, excremento; entonces yo propongo protegerlos, quererlos, defenderlos, porque participamos todos de la misma precaria humanidad. ¿Quieres saber con certeza a quién amar? Mira a esos que el Estado cubano patea y trata como basura. Ahí tienes tu respuesta.




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