En un siglo “contaminado de pecado y
radiactividad” como diría Ernesto Cardenal, en un siglo donde tantos hablan, se
duelen y son devorados por la contingencia, cuando para la gran mayoría el
poeta ha dejado de ser esa especie de albatros baudelariano, el demiurgo, el
que lleva en sus ojos “la mirada de Dios”, pasando a convertirse en un mortal
común, hay que conceder que, indudablemente, se necesita coraje para emprender
una poesía donde como en aquellas viejas canciones de la trova se habla sin
pudor de “fundir alma con alma” y todavía se espera algo de la Gracia. Tal es
--a mi juicio-- la búsqueda en que se adentra la poesía de Rita Martín, y tal
es también --lo confieso-- lo que prefiero de sus versos.
He visto crecer los libros de Rita
Martín --innúmeros, inéditos-- publicados fragmentariamente en plaquetts, haces
de un texto mayor y único que conforman toda su poesía. Como los pájaros del Simurg (rey de los
pájaros) citado por Borges que acaban siendo ellos mismos el Simurg, creo que
sus libros son el libro que, sin opción, irremediablemente, escribe la autora.
Estación en el mar es cuaderno que reúne poemas de
los libros Un cuerpo en el
vórtice; Espejeando los
reflejos y El cuerpo de su
ausencia. "En una tierra que no evidencia el cambio: la agonía", se escribe
en este poemario. Y Poemas de nadie (o El Libro de nadie, integra Tocada por el astro, Poemas de nadie, Signs to the World y Escenarios.Todos ellos son los libros de Ese libro que reúne sus hojas como un hombre sus días. Las personas son pretextos para escribir un libro --pensaba Flaubert. Los libros son pretextos para seguir viviendo. Y como sus títulos lo indican, estos libros son una zona de tránsito, una región de invernadero, una parada en el alto camino en espera de días esplendentes.
Poemario/s que busca/n la
entrada a lo Absoluto a través de un cuerpo, cuerpo que es a un tiempo lo
corpóreo y lo inasible, presencia y fuga, “la ausencia que riega la pradera”. Porque nada es tan real como la ausencia,
no hay otra eternidad que ese minuto donde lo asido escapa hacia otras regiones
imposibles. Como la ola, como la
música, creando un espacio que nunca más podrá ser tocado, pedrería que
restituye a veces la memoria: “Pupilas de mis manos rozando/ la entrega de mi
oro/ ¿Cómo era, Dios mío, cómo era...?” Metafísica del cuerpo, se me
ocurrió alguna vez decir. Porque hay que reconocer que aunque a veces el tono
de estas páginas recuerden a las baladas inglesas, este poemario --como la
poesía toda de Rita-- se inserta en lo mejor de la tradición de la poesía
española. Diálogo vehemente con
lo que se escapa, diabólica ilusión que se levanta “entre arena y arena”,
diálogo entre sombras, poesía que es la sombra de un cuerpo, cuerpo que se
levanta a tientas hacia la luz: “Tengo las manos al aire y en el aire está la
luz, luz que amanece el viento fuerte, viento de sol y de jazmín”.
Admito (con la
autora) que toda estación es transitoria que, “Dentro de breves días será
(tiene que ser) la primavera” y mi memoria asocia, inevitablemente este
poemario con Verlaine y Vivaldi. Pienso cuando lo leo, en el mar, en el amargo
mar siempre recomenzando.
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DAMARIS CALDERÓN. Poeta y ensayista. (Matanzas, Cuba, 1967). Licenciada por la Universidad de La Habana y Magíster en
lenguas y culturas clásicas por la Universidad Metropolitana de Ciencias de la
Educación, (UMCE), Santiago de Chile, Chile. Ha publicado los poemarios: Con el
terror del equilibrista, (Cuba, 1987); Duras aguas del trópico,( Cuba, 1992), Guijarros
(1ra. Edición: La
Habana, 1994, 2d. Edición: Santiago de Chile, 1997); Babosas: dejando mi
propio rastro (ediciones Las Dos Fridas, Santiago de Chile, 1998), Duro de roer,
(Santiago de Chile, 1999, 2da edición, Ediciones Unión, La Habana, Cuba, 2005);
Se adivina un país, (La Habana, Cuba, 1999); Sílabas. Ecce Homo, (Santiago de
Chile, 2000, 2da. Edición, Letras Cubanas, Cuba, 2001) y Parloteo de sombra, (Ediciones
Vigía, Matanzas, Cuba, 2004). Ha obtenido, entre otros, el premio de la Revista
de Libros de El Mercurio, en 1999. Ejerce
como profesora en la Universidad Finis Terrae y realiza talleres de creación
literaria. Es
miembro de la Sociedad de Escritores de Chile y de la Sociedad de Estudios
Clásicos de Chile. Reside desde 1995 en Chile.
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