Agradezco a Reynaldo García
Blanco su gentileza al concerderme esta entrevista, suscitada a raíz
de la premiación de su libro Año sabático
el pasado mes de noviembre. Le agradezco, igualmente, el tiempo que le dedicó
durante su estancia en La Gran Piedra, desde la Sierra Maestra y en medio de
torrenciales lluvias. Lourdes Gil
R. G. B: Pasé unos quince años de mi vida coordinando
un Centro de Promoción Literaria (el Soler Puig, en Santiago de Cuba) y esa
labor me robaba mucho tiempo para lecturas y el acto escritural. Para esa fecha
leía unas memorias de Eugenio Barba y me encuentro que de la creencia que uno
mismo, como creador, se puede autogenerar. Él pone el ejemplo de Meyerhold en
contrapunto a Grotowski y Stanislavski. Y menciona la energía que uno acumula y
que luego te permite andar solo. Ese fue uno de los detonantes para dejar un
trabajo fijo y me tomé un año sabático (que ya va por cuatro) para leer y
escribir y de ahí sale este libro, que es una especie de ejercicio de escritura
donde vinculo textos ya de cierta antigüedad con textos nuevos. Una
satisfacción íntima de saberme freelance y con los riesgos que ello conlleva.
LG: En tu obra abundan las
referencias históricas y culturales, tanto cubanas como universales. Fue una de
las razones por las que me cautivó tu poesía desde un principio. Estas
referencias se engarzan unas a otras como si estuvieran imantadas y se buscaran
solas, sin la intervención consciente del poeta. ¿Se vinculan de manera
espontánea cuando escribes, surgen a través de imágenes, del lenguaje o de una
combinación de ambos?
RGB: Mi formación en literatura es autodidacta. Estudié Electricidad. Luego
Agronomía y ya con más de 50 años de edad me gradué en Estudios Socio
Culturales. Y como soy un lector heterodoxo, plural, indisciplinado, sospecho
que esas referencias históricas y culturales que usted menciona salgan de ahí.
Si mal no recuerdo era Blake el que decía que el tigre tenía mucho de cordero
digerido. Ahora pienso que sí, que tiene mucho de espontáneo.
LG: En Año sabático estas referencias continúan presentes, pero lo cotidiano se instala como sujeto y protagonista de los poemas. Hay también una nueva mirada, un tono de mayor serenidad y un lenguaje salpicado de alusiones budistas. ¿Estás de acuerdo con esta apreciación? Si es así, ¿podrías hablar de cómo se produce esta evolución?
RGB: Sí. He venido trabajando mucho en ese intento de apresar lo cotidiano. Es como una curación de
actitudes en relación con mi propia escritura. Una serenidad que viene de
descubrir el acto de meditar como ejercicio espiritual y la lectura de autores
como Thomas Merton.También escuchar los pequeños detalles que nos asaltan cada
día y que por la prisa con la que vivimos no somo capaces de percibir.
LG: Regresando a tus temas, podríamos dividirlos someramente en arte mayor y arte menor. No en función literal de la métrica, sino me refiero más bien a los grandes temas clásicos frente a los pequeños detalles de la vida diaria. ¿Dirías que ha habido una inversión, o quizás, una transformación en cómo los abordas en tu poesía anterior y cómo lo haces en la que escribes actualmente?
RGB:
No había pensado en eso. Me gusta más
hablar de transformación. No es que desdeñe esa poesía donde no falta la ironía, lo político, lo
aparentemente patriótico y con esta mirada de ahora donde se han formalizado
lecturas, observaciones, lo sensorial. Algo así como despojar al poema de ese
andamiaje de palabras. Decir más con menos. Pensar el poema como el acto de
respirar.
LG: Tu poema "Reverso de foto", del libro homónimo publicado en el 2000, es un verdadero juego de predistigitación. En él realizas infinidad de transposiciones y yuxtaposiciones que desconciertan al lector (al menos, a esta lectora). Uno de los motivos de esta confusión es que, aunque tu referente es el célebre mural de Diego Rivera "Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central", en tu texto aparecen los nombres de Picasso, Borges, Isadora Duncan, Dalí, los Beatles, etc., a la vez que omites a figuras que el mural incluye, como Benito Juárez, Maximiliano o Porfirio Díaz. De este modo, separas al lector del contexto que se propuso Diego, de representar 400 años de la historia de México, y lo encauzas hacia una reflexión sobre el siglo XX. Me pregunto --y te pregunto—si solamente el lector culto capta los niveles de significación del poema.
RGB: Se trata de un texto muy intertextual. Ahí
también está la cubierta famosa de uno de los discos de los Beatles. Ahí está
el trasfondo histórico de las relaciones que tuvimos con los rusos, con el
comunismo de mano dura. Intenté una
Breve lección de historia contemporánea, que no logré del todo.
LG: Los temas del tiempo, la memoria y el olvido que planteas son accesibles para cualquier lector. Sin embargo, hay otro aspecto del poema sobre el cual me gustaría que comentaras. Las dimensiones de una obra de arte producen un impacto visual estremecedor en el receptor, aún en otros medios, como sucede cuando te hayas frente a La jungla de Lam" o el Guernica" de Picasso, por ejemplo. Al reducir el mural de Diego al tamaño de una fotografía –hablamos entonces de pulgadas—, esa experiencia de la monumentalidad se pierde. Pienso que, por un lado, la foto te permite ahondar en un supuesto reverso: lo que permanece oculto, lo que no salta a la vista. Además, me parece que de modo indirecto lanzas un desafío a esa misma grandiosidad que fue otra característica del siglo XX y sus grandes épicas, de las que el mural de Diego resulta tan emblemático, como lo fue la Revolución Mexicana.
RGB: No recuerdo si fue Kafka o Camus el que dijo
que "Se fotografían las cosas para poder sacarlas de la cabeza". A mí
siempre me llamó la atención El pez de
oro, de Paul Klee. Lo mencioné en un poema. Cuando pude ver el original
me decepcionó. Yo lo imaginaba más grande. Más de impacto. Susan Sontag, en su
Diario o en uno de los ensayos, recuerda la fotografía como ilustración,
desmitificación, alucinación. Ambas cosas. Pienso que Reverso de foto tiene mucho de eso.
LG: Volviendo a la idea de un lector culto, en “A propósito de la ausencia de algunos amigos”, que pertenece a tu premio más reciente, Año sabático. No puedo menos que cuestionar si el lector promedio, alguien que no haya leído “Los zapaticos de rosa” de Martí (y fuera de Cuba casi nadie lo ha hecho) puede entrever su trascendencia.
RGB: Ese es el riesgo de las referencias, las intertextualidades. En cierta ocasión escribí un
texto donde mencionaba "La bailarina española". Pero no era el poema
de Martí. Era el poema de Rilke.
LG: Para terminar, me intriga conocer más sobre la imagen del hombre con el cocuyo y el tabaco que aparece al final del poema, pero que está también en “El Barón de Humboldt encarga un cuadro a su majestad Fidelio Ponce”. ¿Se trata de un símbolo de lo cubano o alude a alguien en particular?
RGB: Mira. Tal vez un lector que se enfrente a “A
propósito de la ausencia de algunos amigos” y no tenga la referencia de la obra
de Martí puede hacer “su lectura” a partir de otra referencia, ya sea personal,
histórica o geográfica. En relación a la imagen del hombre con el cocuyo en la
mano y el tabaco en la boca unos ven al poeta Cucalambé (Juan Cristóbal Nápoles
Fajardo), otros han visto a Fidel Castro y yo, en realidad, lo que intenté
reflejar fue un símbolo de los cubano.
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REYNALDO
GARCÍA BLANCO. (Sancti Spíritus,
Cuba, 1962). Poeta, ensayista y promotor cultural. Residente de Santiago de
Cuba y devoto por igual de ambos sitios, Sancti Spíritus
y Santiago de Cuba. En su cuantiosa obra destacan Campos de belleza armada, País
de hojaldre, Reverso de
foto & Dossier, Perros blancos de
la aurora, entre otros títulos.
1 comment:
He aquí una interesante entrevista a un espléndido poeta.
Ya hace mucho que Reynaldo García Blanco viene recreando una poética propia y contundente merecedora de darla a conocer.
Éxitos y felicitaciones.
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